EL PRIVILEGIO DE SERVIR

 

Una de las cosas que han ayudado a la expansión de conocidos grupos empresariales y/o económicos en el mercado, ha sido que estos invirtieron millones de dólares en sus departamentos de servicio al cliente. Estos departamentos, se han constituido en la clave para el desarrollo y éxito de empresas de servicio.

 

Por qué lo hicieron?, porque se dieron cuenta que no bastaba con presentar un buen producto,  sino que era necesario identificar y satisfacer las necesidades de sus clientes reales y potenciales.

 

Esta filosofía del servicio, que la vemos en el mundo de hoy, la Biblia nos la enseña desde sus principios como parte de la voluntad de Dios para sus hijos .

 

En el libro de Génesis 2: 4,5,15

 

La Palabra de Dios nos enseña que Dios creó al hombre con un propósito: SERVIR. Los versos 4 y 5 muestran que no había hombre que labrase la tierra. Dios necesitaba a alguien que hiciera esa tarea, por esta razón luego de crear al hombre lo puso en el Edén para que labrase y guardase la tierra. Es decir, lo puso a su servicio.

 

¿Qué es servir?

 

“Es estar empleado en la ejecución de una cosa, por mandato de otro. Es estar al servicio de otro”.

 

¿Por qué debemos servir?

 

1. Porque es un mandato (Éxodo 23:25). Este pasaje nos muestra que uno de los mandatos de Dios dado a su pueblo redimido de Egipto fue que éste debía servirlo.

 

2. Jesucristo nos dio el ejemplo (Marcos 10:45). La vida y ministerio del Señor Jesucristo estuvo impregnada de servicio.

 

¿Cómo debemos servir?

 

1.        En forma conciente (Salmos 2:11)

 

La Biblia enseña que debemos tener plena conciencia y certidumbre, de que nuestro servicio sea un acto de reverencia a Dios, de honra a Dios. No servimos a los hombres sino a Dios.

 

2. Con alegría (Salmos 100:2)

 

El servicio que efectuemos debe causar gozo en nuestro corazón. No debe ser motivo de carga u obligación.

 

3. Con humildad (Hechos 20:19)

 

No debe ser motivo de vanagloria.

 

4. Fervientes (Romanos 12:11)

 

Nuestro servicio debe estar acompañado de todo nuestro ánimo, debe reflejar nuestra comunión con Dios.

 

5. En el Espíritu (Romanos 7:6)

 

La Biblia enseña que estamos bajo el régimen del Espíritu y no de la carne. Nuestro servicio debe ser motivado, guiado, ungido por el Espíritu de Dios.

 

Somos personas redimidas por la sangre de Jesús y por lo tanto tenemos la oportunidad de demostrar nuestra gratitud a Él.